lunes, 22 de julio de 2013

Naparbier - IV Beer Riders & Enrique Morente - Omega (1996)

Naparbier - IV Beer Riders & Enrique Morente - Omega


El soporte de auriculares también se llama Omega.
El Omega de Enrique Morente y Lagartija Nick es probablemente el mejor disco del panorama estatal que se facturó en la pasada década. Una genialidad de principio a fin. Morente, elrara avis del flamenco se junta aquí con Lagartija Nick para realizar un tremendo álbum donde el rock sinfónico y el flamenco se fusionan como nunca antes se había hecho. A su vez, el disco sirve para rendir homenaje a Federico García Lorca y al cantautor canadiense Leonard Cohen que tantas veces ha cantado al poeta.


Mientras empiezan a sonar los sonidos espectrales de Omega (Poema Para los Muertos), el primer corte que da título al disco, comienzo a servir esta cerveza. La IV Beer Riders, una American Pale Ale hecha en Naparbier (Noáin, Nafarroa) con la colaboración de tres grandes del panorama cervecero nacional. Manolo Baltasar del Frieburg (Hospitalet), Sven Bosch del Drunk Monk (Mataró) y Tibor Domenech del Animal (Madrid).
Es una cerveza que se sirve con una espuma abundante pero que rápidamente se va retirando hasta quedar en una fina capa de medio centímetro. Se ve más o menos transparente y con un color ambarino precioso.
En nariz, y en sintonía con la canción, denoto que algunos de los aromas que aparecían con contundencia en esta cerveza, cuando la probé de barril en su estreno, han desaparecido. En lugar del potente aroma del Mosaic, restan algunos aromas cítricos, pero los que más destacan son los herbáceos.

Mi pesar se ve reforzado cuando Morente empieza a entonar los versos del poema “Cuna y panorama de los insectos (poema de amor)” de Federico. El intenso sentimiento que se desprende se mezcla con la instrumentación y los samplers fantasmagóricos, logrando un ambiente que no puede entristecer-se más.  Cuando la lagrimita está a punto de aparecer, la banda aporta un subidón que te hace creer que no todo está perdido.

Le doy el primer trago a la IV Beer Riders y compruebo que sigue siendo una buena cerveza, las maltas le aportan un cuerpo más que suficiente para el estilo y unas notas acarameladas muy agradables. Sigo percibiendo que parte de la potencia del lúpulo que le recordaba ya no aparece. Pero en conjunción con las maltas el sabor de la cerveza es muy bueno aunque recordando quizás más a estilos británicos que americanos.

Y acabado Omega, el temazo estremecedor, empieza otro tema que no tiene desperdicio. Ahora versionan la adaptación que Cohen hizo del “Pequeño vals vienés” de Lorca. Take this walz vuelve al idioma castellano. Acordeón, caja flamenca, coros femeninos,… Parece que si Federico hubiera imaginado la canción, le habría sonado tal que así.
Ahora le toca a Morente lucirse con la adaptación de un fragmento de la obra teatral El Público, también de Lorca. Solo del pastor Bobo como decía le sirve a Enrique para darlo todo de su cante flamenco, pero como no podría ser de otra manera junto a un genial palmeo y cajón aparecen las guitarras de El Paquete y Juan Antonio Salazar, imprescindibles.
El cuarto corte es una versión del First We Take Manhattan de Leonard Cohen.  Esta versión, además de traducida al castellano, introduce palmeos, arreglos de guitarra y coros flamencos.  Y la colaboración de la hija de Enrique, la grande Estrella Morente.

Y el paso del rato, a diferencia del tiempo de embotellado, no le sienta nada mal a esta cerveza. Ahora que se ha calentado un poco se hace más evidente los cítricos y resinosos del Cascade, en nariz.

En un disco de homenaje a Lorca no puede faltar La Aurora de Nueva York. Y esta sentida adaptación realmente pone los pelos de punta. Morente gime ("por la inmensa escalera") y dibuja con su voz la "angustia de los sudores sin fruto". La guitarra de Vicente Amigo sostiene el carácter de este tema dándole la intensidad que merece.

Un gran disco que rompió los límites del flamenco, junto con una cerveza llegada de la mano de algunos de los más grandes del panorama cervecero estatal.


El sexto tema es otra versión de Cohen. Priest (Sacerdotes) cuenta con las guitarras virtuosas de Tomatito y Montoyita. Morente se relaja por momentos, pero sin dejar de transmitir la fuerza que le caracterizaba. El último minuto de tema es para los coros, en los que vuelve a participar Estrella y un cajón que suena casi rumbero que le da el ánimo que al tema le había venido faltando.
El séptimo tema deja atrás el flamenco tan evidente en los anteriores temas para dejar paso a soplos de guitarra eléctrica muy distorsionada, palmas incesantes y percusiones tribales. Morente a su vez canta en un sotovocce ahogado que pone en situación con el tema, Niña ahogada en el pozo.
Adán, el octavo corte, es un lamento flamenco que reza los versos de Lorca acompañado exclusivamente de la guitarra de Isidro Muñoz. Sentimiento puro.
Vuelta de Paseo empieza con la guitarra de Cañizares y el lamento de Morente. Pero cuando parece que el tema invita a la somnolencia entran los Lagartija Nick con potencia invitando a Morente a alzar la voz. Rock y flamenco no pueden combinarse mejor.
En el décimo corte del disco, Vals en las ramas, los Lagartija Nick vuelven a retirarse y regresa el sonido puramente flamenco.  La guitarra a cargo de Isidro Muñoz raspa y puntea por encima de un Morente que reza más que canta. Mientras la percusión de Tino di Geraldo se vuelve fundamental. No es el mejor tema del disco.
Y si Enrique está dispuesto a rezar como podría faltar la versión del Hallelujah de Cohen.  En este tema se vuelve a incorporar la banda pero sin tomar todo el protagonismo. El cajón de di Geraldo y los arreglos de Amigo también están presentes poniendo la puntilla. Y tampoco es de Enrique, pues parece recitar más que cantar. En este tema, como no podría ser de otra manera, quien destaca es el coro. Eso si Morente les da el primer Aleluya con un aullido estremecedor.

Entramos pues en la recta final, con la IV Beer Riders ya terminada y con un regusto mejor del que la primera sensación me había producido.

Empieza a sonar Norma y paraíso de los negros. Los coros en los que predominan las voces masculinas casi no dejan sitio a que Morente se luzca. La guitarra a ratos sincopada a ratos con punteos sublimes de Isidro Muñoz suena mientras Di Geraldo acompaña con una contundente pero calmada percusión. Tampoco es el tema más destacable.
Y para acabar otra obra de arte. Ciudad sin sueño (Nocturno de Brooklyn Bridge) junta en un tema todo lo que se ha podido escuchar en el disco (excepto la huella de Cohen) llevándolo al extremo. Una batería contundente, palmas que ametrallan, coros casi espectrales, los gemidos sin igual de Morente y un poema de Lorca tan contundente como la música que lo ensalza.

Hasta aquí el maridaje BirroMusical de un gran disco que rompió los límites del flamenco, junto con una cerveza que de mano de algunos de los más grandes del panorama cervecero estatal demuestra que colaborando se puede llegar más lejos que yendo cada uno a la suya.


martes, 9 de julio de 2013

To Ol Black Maria & The Specials - Specials (1979)

To Ol Black Maria & The Specials - Specials (1979)



Después de una calurosa tarde-noche de domingo trabajando, al llegar a casa bien merecía una buena cervecita. Tras mirar la nevera la elegida es la Black Maria de To Ol. Y como no podría ser de otra manera había que maridarla con un buen disco. Escojo el álbum de debut y homónimo de The Specials. Tienen pinta de maridar bien!

Los Specials fueron una revolución a nivel Europeo al acercar los sonidos jamaicanos (Ska, Rocksteady,...) al público blanco. Estos sonidos ya se escuchaban en las barriadas de inmigrantes mediante las Soundsystems y gracias a la aparición de bandas como los Specials, el movimiento fue ganando adeptos. A los Rude Boys, se les unieron los Mods y llegó el movimiento obrero Skinhead. 

Los Specials sentaron cátedra a nivel musical. Pero también plasmaron perfectamente la indumentaria que se asociará a este movimiento. Trajes entallados, camisa, corbata, gafas de sol y sombreros que los hacían cercanos a los Mods pero sin olvidar la interracialidad, que quedaba patente en sus filas dándoles autenticidad.

Con el disco ya en el reproductor procedo a servir la Black Maria. Esta se sirve con una abundante espuma de burbuja generalmente pequeña aunque no es del todo regular. La retención de la espuma es más que buena. El color es negro opaco con algún reflejo marronoso en los bordes.


A su vez, el disco empieza a sonar por todo lo alto con el temazo “A message to you Rudy”, un rocksteady mítico, que en realidad es una versión de Dandy Livingstone.

Mientras suena, meto la nariz en el vaso y compruebo que se advierten los aromas lupulados esperados en esta Black IPA. Principalmente cítricos pero con algo entre frutal y floral. Pero se advierte a la vez algo de tostado.

Llega el segundo tema, “Do the Dog”, aquí la voz suena más punk, aunque el ritmo sincopado nos recuerda que ellos estaban en otra onda.

En el primer trago de la Black Maria la malta le gana la partida a los lúpulos, haciendo pensar que será otra Black IPA que se queda más en el black que en el IPA.

Seguidamente una “It’s up to you” vuelve a sonar muy jamaicana a pesar que la voz nos siga recordando que son ingleses. Es un reggae tranquilo, creo que se podría considerar un Dub.

Ahora que el paladar ya ha sobrepasado la primera impresión de las maltas torrefactas. La Black Maria se puede expresar como es deseable, aportando un carácter lupulado no excesivamente amargo pero tremendamente agradable, el retrogusto trae algo de los 8% pero deja que se muestren los aromas florales.

“Nite Klub” si no fuera por los vientos y las potentes líneas de bajo, nos podría parecer otra vez firmada por un grupo de la escena punk.

Las paredes del vaso van quedando marcadas por un bonito encaje de espuma a medida que se avanza y trago tras trago va sorprendiendo. A ratos vuelven las notas torrefactas, y a ratos se esfuman, para dejar paso a aromas que solo pueden venir de unas adiciones tardías de lúpulo, pues como decíamos no estamos ante una bomba de IBUS.

“Doesn’t make it alright”, se caga en los partidos fascistas que en la época afloraban en Inglaterra. “Porque no sois nadie” les espetan para que les quede claro.

Esta noche calurosa también se nota en el vaso y la temperatura va subiendo, vuelvo a meter la nariz y ahora en el aroma ganan claramente el café y el chocolate.

Me apena un poco pero “Concrete Jungle” lo soluciona, vuelve el ritmo sincopado del Ska y por poco me pongo a bailar. Jungla de asfalto (concepto adoptado del Catch a Fire de Marley) ya sabemos de qué va el tema... ¡Arrggh!

¡Pues sí! he acabado moviéndome un poco y como si me leyeran el pensamiento los Specials bajan el ritmo a un suave rocksteady que no podría ser más apropiado “Too Hot” (versión de Prince Buster). Cae una buena chicha esta noche.

Ahora que los Specials se cagan en militares, policías,… Recuerdo que no he explicado que esta cerveza está dedicada al jefe de policía de Copenhagen, Indsats Bjarne. No sé si porque es un aficionado a las Black IPA y lo tienen en gran aprecio o todo va con recochineo. Pero lo cierto es que lo qué se ve en la etiqueta es el patio de la comisaria de la capital danesa y que Black Maria es una manera coloquial de llamar a los furgones negros de la policía.


En Guns of Brixton de The Clash se oye "No need for the black maria, Good bye to the Brixton sun", podría haber usado el London Calling para el maridaje, pero habría sido demasiado fácil.

¡Venga! otro Ska para el cuerpo “Monkey Man” versión de los Maytals que hace difícil no volver a mover el esqueleto.

Y sin abandonar el ritmo Ska, vuelven a ponerse punkies y proclaman el advenimiento de una nueva era “(Dawning of a) New Era”. Lo de ponerse punkies es un decir, porque nunca oiremos decir eso a un grupo punk.

La cosa sigue en calma “Blank expression” no es la mejor canción del disco, pero sigue sonando de maravilla.

Al igual que la Black Maria, que a pesar de estar unos grados más caliente de lo que me gustaría sigue manteniendo el equilibrio, ahora se nota un poco más el amargor y se está volviendo un pelín astringente, pero nada desagradable.

Ahora le toca recibir al sagrado matrimonio “Stupid Marriage” buena canción donde destacan los teclados y su final de ritmo creciente.

En una línea parecida una caótica “Too much too Young” nos acerca a la realidad de los suburbios, de Inglaterra en este caso, pero fácilmente extrapolable a otros lares. Buena letra pero musicalmente un tema difícil de asimilar.

Apenas quedan un par de tragos y la Black Maria sigue mostrándose como lo que es. Quizás una Robust Porter con una presencia extra de lúpulos aromáticos. Pero se queda en el espectro del eterno debate de si es posible una Black IPA tal como muchos desearíamos, donde la oscuridad se quede en lo visual y no pase a nuestras papilas.



¿¿Se me han colado los Rollings?? “Little Bitch” comienza con un fragmento guitarrero que se parece demasiado a “Brown sugar”. Pero rápidamente vuelve al sonido que se espera de la banda. Este mismo riff lo acabaron usando los Dandy Warhols en su publicitaria “Bohemian Like You”.


Y para acabar un temazo, originario de los abuelos del Ska los Skatalites, “You’re Wondering now”, nos recuerda que hemos llegado al final.

Y como el vaso también esta finiquitado, hasta aquí llega este maridaje BirroMusical que como habréis visto tiene un nuevo formato. Espero que me hagáis algún comentario, si os gusta más el formato de explicación intensiva del disco y de cata formal, o bien este formato directo en el que lo voy explicando tal y como viene.


¡Muchas gracias y hasta la próxima!