viernes, 14 de junio de 2013

Dale's Pale Ale & Pixies - Doolittle (1989)

Dale's Pale Ale & Pixies - Doolittle

Aquí va la primera entrada a este blog con un maridaje birromusical que me ha causado una enorme satisfacción.



La cerveza degustada ha sido la Dale’s Pale Ale de Oskar Blues BrewingEsta cervecera americana fue de las pioneras y permanece como estandarte de las Canned Craft Beers (cerveza artesana enlatada) que en poco más de un año a nuestro alcance tanto nos han sorprendido. A los que hemos podido probarlas nos han roto el mito de que la cerveza en lata sabe peor.

En Oskar Blues presumen de ello y parece que toda la producción que sale de su fábrica en Colorado va en latas de 33 o 50 cl. Además de la Dale's, en Oskar Blues son los artifices de maravillas enlatadas como la Ten Fidy (Imperial Stout) o la G'Knight (Imperial Red IPA). Además, y como también es costumbre al otro lado del charco, en Oskar Blues no solo se limitan a hacer cerveza sino que también poseen un gran restaurante donde degustar sus cervezas junto a copiosas raciones de comida de lo más americana. Y, por si fuera poco, tienen sus propias granjas de cereales y lúpulo e incluso una empresa de bicicletas REEB cycles.

Centrándonos en la Dale's, al ser llamada Pale Ale sorprende primero de todo por su porcentaje alcohólico 6,5% y su grado de amargor de 65 IBUs. Esto la sitúa un poco fuera de estilo, incluso considerándola una American Pale Ale (más generosas que las Inglesas). Si nos ceñimos a los varemos estilísticos debería considerarse una IPA.

Respecto al disco. El Doolittle de los Pixies, fue en 1989 el segundo LP de la banda confirmando que lo del Surfer Rosa (1988) no había sido un espejismo y que realmente los de Boston estaban sentando las bases de lo que tenía que sonar en la década que estaba por empezar. Así, sin ninguna duda, estamos ante los precursores del Grunge, y quizás ningún grupo de los que luego se apuntaron a susodicho movimiento llegó a igualarlos en calidad y autenticidad.

Con un sonido más depurado pero sin alejarse de la filosofía que impregnaba Surfer Rosa y el EP de debut Come On Pilgrim (1987), la banda sigue mostrando los altibajos propios de su estilo, temas más cándidos (o poperos si se quiere) como Here comes your man o La la Love se contrarrestan con el rock duro y los chillidos de Wave of Mutilation o Gouge Away.
Cabe remarcar que el propio Black Francis (vocalista de la banda) reconoció la influencia que el surrealismo de David Lynch influyo en su música. Esto se traduce tanto en su sonoridad como en los temas de las letras moviendose entre la locura, las escenas bíblicas más violentas, la autodestrucción y las perversiones sexuales. Además, el tema de apertura Debaser se inspira en Un Chien Andalou de Buñuel y Dalí. 


Comienzo el maridaje sirviéndome la Dale's en un vaso de pinta americana, aparece una cerveza dorada tirando a ámbar, muy transparente. La espuma, de burbuja pequeña, aparece consistente y, si bien no es rocosa, tiende a "crostear" en su parte superior. A pesar de ello la retención de la espuma no es demasiada y disminuye en los 2 primeros minutos quedando una fina capa, que por otro lado se puede mantener cubriendo el liquido durante toda la toma.
En nariz vienen rápidamente las notas de lúpulo, pero bien entremezcladas con las maltas tomando un perfil aromático complejo, más propios de American Ambers. Los aromas recuerdan a frutas rojas, resina de pino, mandarina y algo de bizcocho, finalmente también se aprecia un poco de alcohol.
En boca muestra el potencial de sus 65 IBUs, presentando un amargor considerable y que sorprenderia a cualquiera que pensara que tiene una Pale Ale al uso entre sus manos. Rápidamente este potente amargor se entremezcla con el dulzor maltoso-caramelizado equilibrándola perfectamente. Ya no queda ninguna duda, la Dale's está muy próxima a una American IPA. La carbonatación es suave y conforme se va bebiendo (y calentando) se vuelve casi inapreciable. El amargor perdura después del trago en los laterales de la lengua y en el retrogusto vuelven a aparecer frutas rojas, resinas y cítricos.



Sin duda el maridaje entre esta cerveza y este disco resulta más que apropiada. Ambos ofrecen una contundente amalgama de sensaciones. Dulzura y amargor en el caso de la cerveza, y momentos de melancolía seguidos de gritos de rabia en el caso del disco. Los gritos de Francis son sin duda dignos de los 65 IBUS de la Dale’s. En cambio, los coros de Deal y las guitarras, que en algún tema llegan a sonar alegres, se sintonizan a la perfección con la malta caramelizada y los aromas afrutados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario